Los machos humanos se comunican pero no siempre con palabras (cuantas veces las mujeres esperamos que nuestro “Osito de Peluche” nos diga “Te  amo”, “Estoy loco por vos”, ”Lamento haber gritado”.)

Muchas de nosotras acusamos a Ellos de ser poco comunicativos… pero la realidad es que no se comunican como a Nosotras nos gustaría. En las charlas de negocios el macho humano defiende su territorio, se muestra dominante y conversan de manera muy efectiva: números, estadísticas, proyectos, etc.

A la pregunta de: ¿Me quieres? Es muy común que nuestro plantígrado humano nos mire con cara de asombro mientras legítimamente nos espeta un “Estoy aquí contigo ¿no?” Amiga, antes de coronarlo con esa fuente de esplendidos ñoquis, respira hondo, cuenta hasta diez y recuerda que en su mente todos los días demuestra su amor a ti al volver a casa después del trabajo, a dormir siempre contigo, y en gran mayoría de los casos, entregar el sobre del sueldo sin mosquear. Para los hombres los actos valen más que las palabras.

A través de los milenios el macho humano ha aprendido que el ruido acarrea riesgos y el silencio es poder. A Ellos les disgusta hablar en una reunión y tener que poner algo por escrito dado que temen quedar como estúpidos así con la misma rapidez con que pueden quedar como sabios…y los hombres hacen casi cualquier cosa para evitar parecer estúpidos o incapaces.

Los hombres han aprendido una regla: el silencio es oro. Es una señal de poder, inteligencia, seguridad y…¿¿¿sabiduría???(Si miramos a cualquier primate en el Zoo, que está silencioso rascándose la cabeza y mirando su entorno podemos llegar a una feliz conclusión: Medita ? Saca cálculos sobre la inmortalidad del cangrejo ? Nos estudia a los humanos ?...de pronto su fisonomía cambia, está en alerta, baja la mano de su cabeza…y se come el parásito que le molestaba ASI DE SENCILLO!!! Ergo: bajo la lógica masculina los que no dicen nada parecen tener muchas cosas en la cabeza; las mujeres que decimos lo que pensamos “Parece que te saliste de control”,  ”Sos una cotorra” –según la óptica de Ellos.

El silencio da a los hombres: tiempo ante una situación amenazadora, para comprobar sus armas, planear un contraataque, decidir qué acción es la más efectiva ante diferentes situaciones : si gruñir, ladrar, golpearse el pecho –como Gorila-, rugir, croar o ronronear y confiar en salir bien parado ante nosotras y/o sus pares.

Recurren al silencio para que sea la otra persona que dé el primer paso, es la manipulación favorita de muchos hombres, principalmente de los hipercontroladores; nosotras queremos hablar, dialogar, expresar nuestros sueños o temores, y recurrimos a ruegos, sobornos, preguntas, nos vestimos(o desvestimos), perfumamos con exóticas fragancias, y hacemos cualquier cosa con tal de lograr que nuestro “Osito”nos hable, dialogue. Pero el, cual imperturbable rizo de estatua, no comparte. No compartir para El es saborear solo el premio, la posición de poder.

Que podemos hacer ante tal comportamiento ?

Primero :verifiquemos a conciencia que realmente no somos una imparable máquina de emitir sonidos, cloqueos, grititos, o simple y rotundamente nos estamos volviendo gruñonas y quejosas. De dar positivo en el último busquemos INMEDIATAMENTE AYUDA PROFESIONAL. Las diosas y delfines actúan de forma inmediata limpiando, reacondicionando y alineando.

Segundo: pongamos a funcionar nuestra infinita y prolifera imaginación.

Que es lo que le podría “quebrar” la coraza autoimpuesta ?

Una cena, un cambio de cortinas, una buena sesión de masaje…tu lo sabrás.

Tercero: y no menos importante un hornillo con la sinergia vibracional personalizada adecuada además de vaporizar la cama para un buen descanso.

Si quieres relajación y disfrute recurriremos a Basteth, agregaremos según cada caso en particular delfín, Amz, Tornillo, Commersson, Beluga, ballena Enana, dragon 1,3 o 4, Caballito de mar rosado, coral blanco, etc. gemas como diamante, turmalina sandía, cuarzo rosa, blanco o ahumado. Las combinaciones son infinitas, como infinitas son las emociones que bloquean a cada ser humano.

No olviden siempre consultar a un profesional correctamente capacitado.

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M. Cristina Echeverría
Terapeuta y master Floral vibracional
(011) 4553-0026