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Si aún recuerda aquellas olorosas sopas o las fragantes salsas que la abuela cocinaba desde la mañana… tal vez después de este artículo decida guardar esas recetas en el arcón de los recuerdos, muy cerca del corazón!
Sin ellas no hay energía. Sin ellas no hay fuerza vital. Se podría decir que son la esencia misma de los procesos de la vida. Son las vitaminas, sustancias que están en pequeñísimas cantidades en nuestro organismo y que por esa razón pertenecen al grupo de los llamados micronutrientes.
Desconocidas hasta hace muy poco, hoy en día son la base de la nutrición más avanzada. Fueron descubiertas en 1911 por el químico polaco-estadounidense Casimir Funk quien acuñó el término que deriva del latín: “vita“, que significa vida y “amin” que se refiere a un grupo de compuestos nitrogenados.
El cuerpo humano sólo produce la vitamina D por exposición al sol y pequeñas cantidades de vitamina K, B1, B12 y B9 se forman en la flora intestinal.
Las vitaminas deben ser aportadas permanentemente a través de la alimentación. Intervienen en todas las funciones metabólicas del organismo relacionadas con la asimilación de los hidratos de carbono, grasas y proteínas.
Metabolismo significa ingerir alimentos, transformarlos en energía, construir materia orgánica y desechar el excedente. El metabolismo regula la formación, generación y destrucción de las células, por lo tanto ordena el crecimiento y el envejecimiento de nuestro cuerpo.
Todos estos procesos se hacen mediante las vitaminas que intervienen en forma de enzimas y coenzimas.
No todas son iguales…
Es cierto, y se dividen en dos grandes grupos de acuerdo a sus propiedades. Están las llamadas liposolubles o solubles en grasa y las hidrosolubles o solubles en agua.
Mientras que el cuerpo puede almacenar en el hígado y en las células adiposas las vitaminas solubles en grasa que necesita aún durante varias semanas, la reserva de vitaminas solubles en agua tiene una vida relativamente corta.
La razón? el complejo vitamínico B y la Vit. C abandonan fácilmente el cuerpo a través de la transpiración y la orina y, en consecuencia, se deben ingerir a diario.
¿Qué podemos hacer?
Se me estruja mi corazoncito verdulero cuando veo que una amiga hierve espinacas, con mucha agua y luego la exprime, para sacarle hasta la última gota de líquido… porque al ser hidrosolubles, las vitaminas B y C se van de las verduras tan fácilmente como lo hacen del cuerpo humano.Recuerde que muchos de nuestros hábitos de compra y conservación de alimentos son las causas ocultas de ese cansancio y malestar que a veces experimentamos.
Pero ¡a no desesperar! siga nuestras sugerencias y logrará reducir las pérdidas vitamínicas:
Deje de lado las largas preparaciones y cocine con tanta rapidez como sea posible: lo ideal es al vapor o a baño de María.
Una forma que preserva los micronutrientes son los rehogados o nitukes, de muy sencilla preparación: basta pincelar la olla con aceite, agregar una cantidad mínima de agua con una base de cebolla y ají y colocar verduras cortadas, primero las más duras, zanahoria por ejemplo y terminar con las más blandas, acelga, perejil, etc.
Cocinar tapado a fuego lento.
Las hojas de lechuga, en cambio, córtelas con la mano.
Al pelar las papas desperdiciamos de un 12 a un 35 por ciento de Vit. C.
Al eliminar la piel de las zanahorias perdemos Vit. B1, B2 y ácido nicotínico.
Otra forma de aniquilar las vitaminas es cocinar las verduras, frizarlas y al cabo de un tiempo recalentarla en microondas.
Es una necesidad e nuestros tiempos pero el resultado es una comida que conserva sus grasas, proteínas, hidratos de carbono pero carente totalmente de nutrientes.
Guarde en lugares oscuros tanto frutas y verduras como los aceites.
Las vitaminas de la leche se conservan al abrigo de la luz. Después de dos horas de exposición al sol, la pérdida de Vit. B2 es ya de 50%.
Es importante que comprenda que cuando se frisa, se pierde entre un 30 y un 50 por ciento de vitamina K.
Y ahora, sin duda, usted como nosotros podrá mirar de otra manera a las vitaminas que, así como son de potentes en nuestro organismo, son tan frágiles y delicadas fuera de él.
Lic. Juana R. de Tucci
Directora de IATENA Instituto Argentino de Terapias Naturales
Tel. 4813-2131