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Más vale prevenir que curar: la importancia de la prevención en salud

Julio 24, 2019 2648

En un mundo ideal, las enfermedades se detectarían antes de representar un riesgo, o directamente se evitarían mediante vacunas o hábitos saludables. Todavía falta mucho para que la medicina deje de tener que curar para dedicarse totalmente a prevenir, pero cada vez se avanza más en prevención, gracias a la información, la investigación y los nuevos hallazgos. En este artículo te explico las enfermedades que puedes evitar.

 

Medicina y probabilidad

La mayoría de las personas no lo sabe, pero la medicina es en gran parte una disciplina de estadísticas, en la cual se calculan probabilidades para todo. Cuando un paciente muestra un síntoma, el médico enseguida piensa en las posibles causas, empezando por las más probables y descartándolas hasta dar con la más rara (si procede). Y todo el rato se habla de factores de riesgos para enfermedades, lo que significa que se sabe con cifras cuanto aumenta la probabilidad de tal o tal enfermedad según las circunstancias de cada paciente.

Este aspecto probabilístico de la medicina es muy importante, porque permite establecer métodos de detección temprana de algunas enfermedades, para prevenir sus efectos y contrarrestarlos antes de que la condición empeore y sea más difícil de tratar. Las estadísticas son una gran ayuda para la prevención.

Ejemplos de acciones preventivas que puedes tomar

 

Prevención de las enfermedades cardiovasculares

Presión arterial. Una de las acciones más sencillas que puedes hacer es pedir que te mida la presión arterial para detectar si puedes padecer de hipertensión (un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares). Si tienes menos de 40 años, con comprobar tu tensión cada 4 o 5 años es suficiente. Pasados los 40, es recomendable hacerlo cada 2 años. Eso, por supuesto, en caso de que no haya ningún signo de alarma.
El colesterol. Los (malos) hábitos alimentarios provocan que muchas personas tengan un nivel de colesterol alto. Las personas que nunca han tenido un análisis deberían pedir uno antes de los 35 (hombres) o de los 45 (mujeres). Después de estas edades, si los datos son positivos, es suficiente con una análisis cada 5 o 6 años.

 

Protégete con las vacunas

Es un poco difícil a veces asegurarse de estar al día en algunas vacunas que se hacen cada 10 años. Además, a veces los protocolos van cambiando. Para eso es importante tener un cuaderno de vacunación y echarle un vistazo de vez en cuando para saber si hay que repetir alguna vacuna. Por ejemplo, para conservar las defensas contra el tétanos-difteria necesitas una vacuna de recuerdo cada 10 años.

Y cada año, los mayores de 65 años o las personas con enfermedades de riesgo (especialmente las enfermedades respiratorias) deben recibir la vacuna de la gripe y neumococo cada otoño. El porcentaje de eficacia de esas vacunas es muy alto. No te lo pienses. Compensa.
También es importante, si eres mujer y puedes quedarte embarazada, que compruebes si estás bien vacunada contra la rubéola.
Además, si tienes alguna enfermedad, es recomendable que pidas a tu médico si tienes que protegerte con alguna vacuna.

 

Prevención del cáncer

Las mujeres de entre 35 y 65 años que mantienen o han mantenido relaciones sexuales deberían acudir a su ginecólogo para que les haga una citología del cuello del útero (test de Papanicolau). También para conocer cada cuánto tiempo hay que repetirla.
Las mujeres de más de 50 años deben realizar una mamografía cada 2 años para detectar precozmente el cáncer de mama.
También hay procedimientos para prevenir el cáncer de colón (ambos sexo). Es recomendable preguntar a tu médico sobre cuál es el procedimiento correspondiente.
Recuerda también el artículo que publicamos hace tiempo sobre la prevención del cáncer.

 

¿Estás al día con todo esto? Si no lo estás, ya sabes: habla con tu médico y empieza a prevenir. Siempre es mejor que curar.